Estudiantes de secundaria del Colegio San Ignacio de Loyola de Venezuela vienen realizando distintas experiencias de labor social. Acá te presentamos testimonios de alguno de ellos.
“A medida que la situación país empeora, la pobreza también se incrementa; lo cual a causado que los venezolanos con disposición y posibilidad se sensibilicen, y sientan la necesidad de ayudar a los más necesitados que pasan tanto trabajo.
Esta clase de actividades se deberían realizar con frecuencia, no solo para otorgar horas de labor social a los estudiantes, sino también, para que se den cuenta de la realidad de nuestro país, y agradezcan todas las posibilidades que poseen.
Para concluir, se podría decir que repartir comida a las personas que la necesitan, es una labor muy noble, y te da la oportunidad de salir de la burbuja en la cual estamos acostumbrados a vivir; después de todo, lo que nos hace humanos, es ayudar a los demás, sensibilizándonos con ellos, para así demostrar que la humanidad, vale la pena”. Valentina Rojas M – 5º grado.
“El martes cuando me inscribí en la lista, vi muchos nombres escritos, me alegre, pero al mismo tiempo me puse a pensar donde íbamos a caber todos, si era la misma dinámica algunos se quedarían sin hacer nada, pero no le preste mucha atención, al llegar el viernes cuando vi a todos, esa pregunta volvió a mis pensamientos, pero me dije que cuando llegaríamos a la parroquia viésemos que haría cada quien, mi sorpresa fue que cuando llegamos no iba a ser la misma dinámica, esta vez íbamos a tener contacto directo con los niños, cuando a mi grupo le tocó ir a ver a los niños, me sentí a gusto con lo que estaba haciendo, no me sentí raro ni incomodo, la actividad consistía en preguntarles a cada uno de los niños si estudia o no, no me extrañaba que todos estudiaran pero eso no era una barrera entre la delincuencia y una vida sana, da igual estudiar cuando vives en un barrio, donde estas rodea de criminales, de drogas, de prostitutas, de trafico de blancas donde la policía le da miedo entrar y por más que quieras no los vas a poder cambiar, por medio de la primera comunión le enseñas a Jesús pero lamentablemente para algunos les da igual.
Al tener contacto con estos niños me di cuenta de cómo se tratan entre ellos, como a pesar de tener una educación son vulgares.
Esto me lleva a pensar que, en un mismo país, en una misma ciudad existen muros Invisibles que dividen dos realidades totalmente diferentes, dos ciudades que conforman una sola.
Esta ha sido la realidad de nuestros países, de Latinoamérica en general, y supongo que seguirá siendo así hasta que venga un cambio. Gianpaolo Colatosti – 2º grado.