Mora Podestá
Desde el año 2012, cuando se inicia la implementación del SCGE, venimos constatando que promover cambios y generar mejoras requiere, necesariamente, preparar a las personas que forman parte de los centros educativos, para que integren y apliquen en su práctica diaria las propuestas desarrolladas. Los verdaderos cambios sólo ocurren si intervienen quienes constituyen toda la comunidad educativa. Aprender, innovar y cambiar es entonces una tarea de todos: estudiantes, educadores, directivos y familias.
Con los aportes del movimiento de Mejora y Eficacia escolar, las organizaciones educativas cuentan con lineamientos claros con respecto a dónde poner el énfasis cuando se piensa en cambios orientados para lograr buenos y mejores aprendizajes en los estudiantes. En base a estos aportes, el SCGE implementa procesos de evaluación y mejora en más de 40 centros educativos de FLACSI. Es así que en estos años se han conjugado miradas, saberes y experiencias que desencadenan nuevos saberes, aprendizajes y nuevas formas de abordar situaciones de mejora escolar.
Entre los elementos sustantivos para sostener y acompañar las mejoras se evidencia (a partir de un liderazgo sostenido en todo el proceso) una buena comunicación de los avances, pasos, hitos, marchas y contramarchas del desarrollo. Como todos los integrantes del centro escolar están involucrados en el proceso de mejora, se requiere de una buena comunicación que genere confianza y que oriente el camino promoviendo el compromiso de todos. La metodología de implementación del SCGE se apoya en el consenso como pilar fundamental para toda acción que se emprenda, y por lo tanto es imprescindible que se socialicen y se comuniquen con claridad los compromisos a asumir en las mejoras, así como los tiempos y recursos a destinar.
En esta línea, Murillo y Krichesky (2012), plantean que “el establecimiento de los objetivos del proyecto de mejora debe hacerse de manera compartida y conjunta entre varios (por no decir todos) los miembros de la comunidad educativa. En esta dirección, el auge de conflictos en esta instancia es productivo, y si logran manejarse adecuadamente, es posible que se haya ganado mucho terreno en pos de conseguir cambios duraderos”. Como es sabido, entre los temas de un buen liderazgo, la literatura plantea la necesidad de desarrollar una buena comunicación e información de acciones y avances, porque aumenta la motivación y da confianza en la capacidad organizacional para caminar hacia una cultura de la calidad. Es vital promover distintas estrategias de comunicación interna en el centro educativo, desde su equipo directivo, su coordinación interna y los equipos de mejora. Para ello se utilizan y fortalecen herramientas y espacios de comunicación como ser: boletines internos, ámbitos de reuniones de coordinación para compartir avances, talleres con familias, Facebook, diarios escolares, cartelería interna, página web, entre otras. Muchos centros están muy atentos en comunicar y compartir información a la comunidad educativa sobre los avances y desafíos que se proponen con el SCGE. Algunos, por ejemplo, comparten los resultados de las autoevaluaciones en sus páginas web, socializando la información y comprometiendo a los distintos actores con la mejora. De modo que cualquier integrante de la comunidad educativa que quiera conocer los avances en la aplicación del Sistema y las mejoras pueda acceder con facilidad a la información.
Como algunos autores señalan, es necesario comprender que el cambio educativo es una experiencia de aprendizaje para todos los actores involucrados. Si cambiar implica innovar y aprender, requiere prever qué y cómo deben aprender los integrantes de la comunidad educativa. Los centros educativos no solo son promotores del desarrollo integral de los estudiantes, sino de todos los actores de la comunidad educativa: docentes, directivos, padres. Y para ello es necesaria la circulación interna de información, clara y ordenada de planes, objetivos y acciones.
La cercanía y la buena escucha a los equipos facilita mucho en la comprensión de situaciones y en el apoyo a los procesos y las personas. Facilita el aprendizaje de los estudiantes, razón de ser y foco del SCGE.
Desde el enfoque de liderazgo distribuido, como propone el SCGE, el reto de una buena comunicación interna nos encamina a una cultura escolar que involucra y compromete a todos los integrantes de la comunidad escolar en la gestión del centro. Nos referimos a una práctica democrática del liderazgo directivo, orientando las competencias de los miembros de la comunidad al servicio de la visión y gestión compartida de la escuela. Así la mejora del centro depende de la acción conjunta de los propios implicados, desarrollando un clima de colaboración, apoyo y confianza entre las distintas partes (Murillo, 2006).
El Estudio “Aprendizajes de la implementación del SCGE” (G. Cuadra y J. Sandoya, 2017) propone como una de las lecciones aprendidas que, para sostener los procesos de mejora de los centros educativos, “es imprescindible sostener la participación de la comunidad educativa, recalcando la importancia de la participación de todos, porque todos y cada uno son importantes por lo que resulta vital brindar las condiciones organizativas para que esto resulte posible concretarlo”. Y tal como venimos planteando, ello requiere fomentar el sentido de comunidad, promoviendo buenos canales de comunicación, confianza y responsabilidad. En esta línea adherimos a la expresión compartida en este mismo estudio, a partir de los aportes de educadores, donde se sostuvo que la calidad la construimos entre todos y por eso somos responsables de ella y promotores de cambio. En este camino estamos y seguiremos transitando, comunicando avances y aprendizajes del SCGE.