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SCGE : La coordinación interna de calidad

La coordinación interna de calidad en el SCGE

Escrito por Cristina Rodríguez Peña, Profesional de apoyo SCGE.

Cuidar y atender las particularidades de cada centro, ha llevado al SCGE a la búsqueda de las opciones que más se adecuen para optimizar su funcionamiento, sus desempeños y para que el enfoque de este Sistema opere desde una lógica de apoyo y acompañamiento en las diferentes etapas.

Como ya se ha planteado, algunos soportes y condiciones son imprescindibles. Uno de ellos lo hemos destacado en varias notas anteriores y en el enfoque y libros del SCGE está mencionado y considerado como una clave esencial para el desarrollo y afianzamiento del Sistema en los centros educativos. Es la necesidad de un liderazgo de gestión que vaya construyendo las bases de una cultura de la mejora continua y que sea impulsor de un proceso de práctica natural de los procedimientos del centro para evaluar todos los factores que están en juego e inciden en los aprendizajes integrales.

Los liderazgos de gestión no solo operan desde la dirección del centro y su equipo de dirección. Se van amplificando durante todo el proceso del SCGE. El/la coordinador/a interno/a de calidad del Sistema va generando otros espacios de articulación y coordinación interna y estimula y promueve un proceso que va tomando sentido en la medida que el SCGE se va comprendiendo. Estos liderazgos cumplen funciones diferentes e incluso en áreas distintas que contribuyen a que este proceso de mejora continua se naturalice como un método de planificar y evaluar los aprendizajes desde todos los espacios institucionales.

A fin de relevar la importancia de estos roles, hoy nos vamos a referir a la Coordinación interna de calidad, aportando algunas consideraciones para reflexionar sobre el sentido del liderazgo que desarrollan estos actores, que contribuyen como soportes claves para comprender y concretar etapas y que finalmente son los que aportan y van introduciendo en la cotidianeidad nuevas prácticas institucionales que coadyuvan al cambio en la cultura institucional.

La coordinación interna de calidad:

  • Es el primer actor que el rector del centro educativo, debe considerar como el interlocutor permanente con el equipo externo del SCGE. El equipo externo está constituido por un profesional de apoyo en todo el trascurso de las etapas y uno o dos facilitadores externos de acuerdo al momento del proceso.
  • Es la persona referente como “enlace” del equipo externo para introducir el Sistema y organizar los aspectos logísticos y técnicos que preparan al centro educativo en la etapa de la autoevaluación y mejora.
  • En la medida que el/la coordinador/a interno/a de calidad va generando espacios de coordinación, se va convirtiendo en un/a articulador/a; oficia como puente e informante calificado/a de los procesos que se van desarrollando con los diferentes integrantes de la comunidad educativa y en particular con el rector/a y las direcciones correspondientes de nivel.
  • Está legitimado/a por el/la rector/a en esta tarea y con disponibilidad suficiente para desarrollar acciones que poco a poco van teniendo incidencia en el futuro inmediato del centro y en particular en el involucramiento a la comunidad educativa.
  • Como referente interno de calidad, requiere un conocimiento del SCGE y una coordinación muy cercana con el profesional de apoyo y el facilitador externo para hacer el seguimiento del proceso, en particular al comienzo de la etapa. Se intercambian inquietudes a partir de la lectura de los documentos y del protocolo, con el fin de obtener claridad de lo que se pretende y el propósito para el centro educativo en cada una de las etapas del SCGE.
  • Por tanto se va fortaleciendo su formación, el conocimiento y la confianza en el manejo del enfoque del SCGE y va logrando un espacio de mayor reconocimiento y legitimidad entre sus pares e incluso en el equipo de dirección.
  • Este coordinador/a interno/a en muchos de los casos actúa como aporte a una gestión directiva que va tornándose más consultiva, colaborativa y en equipo. Informa el avance de los equipos y al mismo tiempo y casi de forma natural va trasladando a la gestión, la metodología de los equipos de autoevaluación o mejora, donde la argumentación, la sistematización en actas, el seguimiento de los acuerdos y el trabajo colaborativo y sistémico comienza a incidir en el equipo de dirección.
  • En la mayoría de los casos la coordinación interna de calidad no tiene funciones de dirección, aunque existen excepciones en algunos centros educativos que igualmente han funcionado con estos dos roles simultáneos y son parte del equipo de dirección. No obstante, el riesgo de confundir con su rol natural de dirección de área o coordinación académica, se minimiza en la medida que vaya comprendiendo qué aporta el SCGE a la gestión pedagógica. Hay que destacar también que ésta fusión de roles de director/a o coordinador/a académico y coordinación interna de calidad, al principio se vive como una tarea que se agrega. Se logra naturalizar en la gestión cuando el Sistema está más consolidado y se comienzan a ver cambios que no solo impactan en los estudiantes sino también en el clima institucional de un sector o nivel y en el incremento del interés de los educadores por trabajar de manera cooperativa y en proyectos.
  • La opción de que la coordinación interna de calidad esté por fuera de las direcciones o coordinaciones académicas, fomenta un valor desde el Sistema de calidad y el mismo enfoque de mejora continua que proponemos. La oportunidad de generar otros liderazgos inclusivos, efectivos, de otros espacios institucionales, que se apoyen entre sí y se reconozcan como equipos de trabajo con el mismo fin.
  • Un/a coordinador/a interno/a de calidad que comprende su rol desde el punto de partida, que está convencido/a de lo que puede mover internamente y entusiasmado por lo que vendrá, puede contagiar a los demás y éstos son los líderes que desde el Sistema de Calidad llamamos los liderazgos compartidos, distribuidos.
  • Este tipo de liderazgo compartido no se desalinea de los planteamientos institucionales ni de las decisiones del rectorado o del equipo de dirección. Lo importante es que esté alineado a estas directrices y que pueda contagiar su compromiso y su tarea como promotor de un proyecto común donde pueden confluir distintos espacios institucionales como factores asociados y de impacto en los aprendizajes integrales.
  • Muchos de los coordinadores internos de calidad que se desarrollan actualmente han realizado además su formación en el Diplomado del SCGE durante el 2013- 2014, preparándose como facilitadores. La intencionalidad es amplificar y generar nuevos liderazgos de gestión y pedagógicos, desde esta concepción de un liderazgo compartido y distribuido.
  • La comunicación directa con el/la rector/a y el equipo de dirección, le posibilita ir trabajando con nuevas rutinas de funcionamiento, por ejemplo ir introduciendo agenda de temas para la reflexión de la práctica, el seguimiento del proceso de la autoevaluación y de la mejora e incluso participar en las mismas reuniones del equipo de dirección.
  • Estos líderes en este caso son capaces de innovar y hacer cambios transformacionales que hace que todo el colegio se desarrolle y crezca.
  • La coordinación interna de calidad debe convencer a sus propios compañeros desde modelos y modos de ser y actuar que tengan una influencia positiva en los demás. Esta condición se da en el coordinador interno de calidad primero y luego en espiral y crecimiento con los coordinadores de equipos a medida que van comprendiendo su tarea. La misma que un principio parece acotada a una tarea organizativa (llevar el orden del día, elaborar el acta, convocar a los participantes), poco a poco se va transformando en una función donde el contenido y la participación del equipo y la argumentación en el análisis, comienza a tener más efecto y confianza en este coordinador de equipo.
  • La coordinación de calidad incide en este micro clima que se configura en las mismas sesiones de trabajo del SCGE, los integrantes del equipo ven la tarea con mayor claridad, se reconocen como parte de la situación que analizan y del resultado que buscan y comienzan a sentirse cada día más activos al propósito, ya sea en su etapa de autoevaluación como en la etapa de mejora.