Por: Dirección de Pastoral | Colegio San Pedro Claver.
Del 26 de abril al primero de mayo un grupo de cinco jóvenes claverianos acompañados por el Director de Pastoral P. Manuel José Jiménez, SJ., participaron del III Encuentro Loyola, que busca que estudiantes de los distintos colegios de la provincia colombiana se acerquen un poco más a las obras de la Compañía, pretendiendo con ello la promoción vocacional, la idea es acercar y vincular a los muchachos al modo de proceder de la Compañía y decirles como cita el evangelio “…vengan y vean”.
¡Y sí! Fueron, vieron y compartieron una experiencia denominada “Mochilazo Jesuíta” que invita a caminar contemplando la vida desde el lema religioso de purificación de la memoria, del entendimiento y de la voluntad para abrirse a la exploración de la vida desde las decisiones más profundas.
El Mochilazo es una experiencia de peregrinación en la que los jóvenes acompañados por varios Jesuitas transitan el camino que fue recorrido innumerables veces por los Novicios Jesuitas desde 1938 hasta 1972. Se inicia esta peregrinación en el antiguo Noviciado de Santa Rosa de Viterbo (Boyacá) y culmina en Tópaga, antigua Doctrina Jesuítica desde donde se atendían las misiones de los Llanos Orientales. Terminada esta jornada, el grupo de peregrinos culmina su misión en Villeta, Cundinamarca, dando inicio al Encuentro Loyola.
Encuentro Loyola, es pues un espacio en donde a través del peregrinaje y una serie de dinámicas y talleres se lleva a los jóvenes de nuestros colegios a escudriñar e interiorizar de manera más consciente su ser en el mundo, a la vez que conocen más de cerca qué hacen los Jesuitas, esto a partir de su testimonio y vocación, para que en definitiva yendo, viendo, caminando y viviendo se animen a seguir el camino de Jesús.
El Mochilazo es una invitación a caminar con Jesús el sendero de la vida humana, para descubrir en este peregrinar el llamado a la vocación y corresponder a ella con plena voluntad y con decisión como bien lo expresa la canción de Cristóbal Fones, SJ.:
“Sin miedo abrazo y sigo tus pasos,
busco el camino, voy peregrino.
Sin miedo me confío en tu gracia,
me pongo en marcha, tu amor me basta”.
Quiera Dios que un buen número de estos jóvenes no solo oiga el llamado sino que se deje abrazar por su fuerza y su gracia y que esta experiencia de camino en oración y discernimiento los aliente a ser decididamente “Compañeros de Jesús”.