En el Colegio San Calixto de Bolivia, los alumnos de quinto y sexto de Primaria, y de primero de Secundaria se les enseña la lengua andina aymara. Esto por la implementación de un nuevo currículo que instauró el aprendizaje de un idioma nativo en los colegios del país, en el caso de La Paz, se enseña el aymara. En ese marco, algunos establecimientos contrataron a maestros de idiomas y el Colegio San Calixto escogió a una maestra aymara, la profesora Celia Laura.
Celia Laura estudió en el colegio Franz Tamayo, ubicado en la comunidad de Peñas (provincia Los Andes), posterior a ello ingresó a la Escuela Superior de Formación de Maestros de El Alto y egresó en 2011.
El medio informativo local “La Razón” visitó el Colegio cuando pasaba clases con los niños del 5° de Primaria “B”, quienes aprendieron durante los tres primeros meses de clases, a contar del 1 al 1.000, a saludar, los colores, ocupaciones y diferentes palabras en aymara. La clase del día era de diálogos grupales, guiados por una carpeta y un libro.
Kamisaki, wawanakas (buenos días, niños) es lo primero que ella dice al ingresar al aula. Los alumnos le responden al unísono: kamisaki, yatichiri (buenos días maestra).
Mauricio Chávez, alumno de este curso, comentó que todos se llevan muy bien con la joven maestra porque es comprensiva y amable. “Nos tiene paciencia, hemos aprendido muchas palabras raras que no habíamos escuchado antes”, acotó.
Valeria Jáuregui y Daniela Alcázar, también estudiantes del paralelo, aseguraron que Laura es una de las maestras más “buenitas” del colegio. “Aprendimos a quererla porque ella nos enseña un idioma nuevo y nos explica una y otra vez, cuando no entendemos”.
La profesora recordó que uno de los aspectos que la sorprendió fue que los niños mostraron bastante predisposición y entusiasmo para aprender el aymara y lo hicieron muy rápido, aunque sí hubo ciertas dificultades en la pronunciación de la “q” y la “k”. “Es una anécdota muy bonita, cuando los escuché por primera vez”.
Aseguró sentirse una persona muy afortunada al encontrar un entorno donde no existe discriminación por la vestimenta de una persona, ya que su vestimenta es nativa. Además, logró una buena relación con el resto de maestros, quienes la consideran una buena compañera y colega.
Fuente: http://www.la-razon.com Fotos: http://elcomercio.pe