versão em português, clique aqui
El viernes 20 de junio se celebró el Día Internacional del Refugiado, jornada especial para la Campaña por la Hospitalidad, iniciativa de la Red Jesuita con Migrantes, que apuesta por difundir la cultura de la acogida en nuestras sociedades latinoamericanas, en particular con las personas migrantes, refugiadas o desplazadas.
En este contexto, la campaña invitó a todas las obras de la Compañía de Jesús a formar parte de este día y hacer eco de las numerosas situaciones de movilidad forzada que acontecen en nuestro continente y llama a poner a las personas en el primer lugar, reconociendo su dignidad y atendiendo sus necesidades en cumplimiento con los DDHH y los acuerdos internacionales en materia de refugio y desplazamiento. Nuestra región está viviendo profundos cambios sociales y políticos que reconfiguran las causas de los desplazamientos forzados y exigen renovada atención y acción.
Te invitamos a leer la declaración en versión PDF aquí
Queremos visibilizar algunas de las múltiples situaciones de amenaza latente o abierta que viven muchas personas en el continente:
Pese a los avances en el proceso de paz, en Colombia las violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario no cesan.
En la frontera colombo-venezolana las repatriaciones masivas de colombianos desde Venezuela evidencian violaciones de derechos por parte de las autoridades de ambos países.
Los Estados cada vez reconocen menos el estatus de refugiado. En la última década más de 250.000 personas, mayoritariamente de nacionalidad colombiana, han huido de sus países hacia Ecuador. Este país registra la mayor cantidad de refugiados reconocidos de Latinoamérica.
En Centroamérica, y especialmente en el triángulo norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), la diferencia entre migrantes económicos y refugiados es cada vez más borrosa debido a la profunda violencia difundida en la zona, que se añade a las razones económicas y a la reunificación familiar como motivo para dejar el propio país.
Los marcos jurídicos e institucionales de México y Estados Unidos no reconocen el derecho al asilo y al refugio de las personas que huyen por violencia generalizada.
En poco más de una década Chile ha más que duplicado el número de extranjeros residentes, sin contar a las personas que están en situación irregular.
Lamentablemente el Estado de Chile no está atendiendo los compromisos internacionales ratificados y en la frontera chileno-peruana el 90% de las solicitudes de refugio son rechazadas.
Cerrar las fronteras termina por generar redes de tráfico, trata de personas, aumentando su vulnerabilidad.
“Solicitamos que los Estados cumplan activamente sus deberes de protección hacia las personas refugiadas y desplazadas, impulsen medidas que favorezcan su integración social, fomentando una cultura de la hospitalidad, de la paz y de la reconciliación.
Por eso afirmamos que la dignidad de las personas debe estar en el primer lugar y que las políticas y las actitudes de hospitalidad son la mejor garantía de protección para las personas refugiadas y desplazadas”, explican desde la Campaña por la Hospitalidad.
El 20 de junio, y siempre, ¡pon a las personas primero!
Fuente: Campaña por la Hospitalidad