El pasado 18 de Julio se cumplieron 28 años de la muerte del fundador de la Federación Internacional Fe y Alegría, el P. José María Veláz SJ.
Hombre visionario, apasionado y enamorado de la educación como eje transformador de la sociedad, soñador, capaz de ver mundos nuevos en las sombras del amanecer. Confiaba en la gente, soñaba con un mundo más justo en donde todos y todas tuviesen los mismos derechos y las mismas oportunidades. Su gran obra, Fe y Alegría, que construyó a partir de la unión de muchos y de muchas.
Su Historia
Chileno de nacimiento y de familia española, siendo pequeño tuvo que partir con su madre a la península y allí su formación estuvo ligada a los colegios de la Compañía de Jesús.
En su juventud, luego de algunos años en la universidad, optaría por hacerse miembro de dicha Congregación religiosa y desde entonces, al igual que el fundador de la orden (San Ignacio de Loyola), se haría un peregrino y constructor de esperanza. En 1946 fue destinado a Venezuela, cuando contaba con 36 años de vida y 18 de jesuita.
La realidad latinoamericana muy pronto marcaría un nuevo itinerario en su misión. El contacto con la pobreza y las escandalosas condiciones de marginación y exclusión de las mayorías del país lo interpelarían de manera definitiva. Cuando trabajaba en el Colegio San José de Mérida comenzó a realizar los primeros experimentos, que finalmente apuntarían a la conformación de una red de escuelas en las periferias de las ciudades y en el área rural.
Sería en 1960 cuando esa red fue bautizada con el nombre de “Fe y Alegría”. Obviamente, las crónicas y relatos de los acontecimientos de ordinario tienen a exaltar la figura del héroe. Vélaz fácilmente encaja en el perfil de prohombre y salvador de los desvalidos. No obstante, la labor de este jesuita fue la de canalizar las legítimas demandas y anhelos de los pobres. Así mismo, no cabe duda que los contrastes con la población más pudiente, también hicieron más sonoras las necesidades de miles de personas viviendo al margen de los ojos del Estado. Ni una sola de esas escuelas habría sido posible sin la determinación de los beneficiaros de llevar adelante el proyecto.
Todos esos padres y todos esos niños fueron los auténticos gestores de una de las obras educativas más importantes de Latinoamérica y que hoy se extiende hacia otras latitudes del mundo.
Los primeros años de Fe y Alegría tendrían la virtud de convocar a todos quienes se dejaron afectar por las tareas de un servicio cristiano. Señal auténtica de la concreción del Reino de Dios ahora y en medio de nosotros.
En 1964 ya había 10 mil alumnos en Venezuela y la acogida de la experiencia permitió replicar el modelo en otros países con semejante respuesta. En un lapso de dos años Ecuador, Panamá, Perú, Bolivia, Centro América y Colombia se sumarían a la aventura.
De allí en adelante La experiencia continuaría creciendo y multiplicando las esperanzas en los rincones más secretos y profundos de América. De allí se acuñaría una de las frases más célebres del movimiento educativo: “Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto, donde no gotea el agua potable, donde la cuidad pierde su nombre”.
Conoce más sobre el Pader José María Veláz SJ en esta micro-historia de su vida y obra:
Si quieres saber más sobre Fe y Alegría, te dejamos su video institucional, además puedes visitar su web haciendo click acá
Fuente: www.feyalegria.org