República Democrática del Congo: Granadas sin estallar, balas y otras municiones no utilizadas se encontraron el mes pasado en los desagües de varias escuelas de la capital de Kivu Norte. Para los estudiantes de la zona, la escuela no sólo no es un lugar de protección, sino que pone en riesgo sus vidas.
Casi cinco meses después de la crisis de Goma, cuando los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) tomaron el control de la ciudad durante 12 días, el Servicio Jesuita a Refugiados expresa su preocupación por la seguridad de la población civil, en particular por los niños y niñas.
Según el personal del JRS en Goma, los baños del instituto de Bweremana, a pocos kilómetros de la ciudad, están llenos de munición militar y granadas que podrían explotar en cualquier momento. Esta munición procede de la presencia de militares y rebeldes en Goma, antes y durante el conflicto entre el ejército congoleño y el M23 en noviembre del año pasado. Desafortunadamente, las escuelas aún no han sido limpiadas de materiales explosivos, a pesar de que más de 1.000 estudiantes de primaria y secundaria ya han regresado a clase.
Hay que limpiar urgentemente las escuelas. “Por definición, la escuela debe ser un lugar de protección, pero en este caso los estudiantes que asisten a clases ponen en riesgo sus vidas todos los días. Su seguridad y la integridad debe ser garantizada urgentemente”, dijo Danilo Giannese, responsable de comunicación y advocacy del JRS Grandes Lagos de África.
Para que los niños asistan a la escuela en un clima de seguridad y protección, el JRS cerrará los baños y construirá 18 nuevas instalaciones, 12 para la escuela de secundaria y seis para la de primaria.
“Dado que los baños aún no están limpios de munición militar, hemos decidido intervenir lo antes posible para proteger a los niños. El riesgo que sean víctimas de un incidente provocado por un explosivo en la escuela es actualmente muy alto. Nuestra responsabilidad pide que tomemos todas las medidas posibles para proteger y hacer que la escuela vuelva a ser un lugar de protección y de paz para los niños y niñas”.
Contexto. De acuerdo con la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), tras los enfrentamientos entre noviembre de 2012 y enero de 2013, el Servicio de Acción contra las Minas de Naciones Unidas (UNMAS) ha destruido 1.757 artefactos sin explotar y abandonadas y más de 11.000 municiones de armas ligeras.
Desde abril de 2012, al menos 360.000 personas se han visto obligadas a huir de los rebeldes del M23 en Kivu Norte. De éstas, 150.000 han sido desplazadas por los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y el M23, que el 20 de noviembre del año pasado culminaron con la caída de Goma en manos rebeldes.
Tras 12 días de ocupación, los rebeldes acordaron retirarse a 20 kilómetros del centro de la ciudad. Desde entonces, están en marcha las negociaciones de paz entre el gobierno y los líderes rebeldes, ahora divididos en dos facciones.
Fuente: http://www.jrs.net