El Sistema de Calidad en la Gestión Escolar ha comenzado su periodo 2014 en 3 colegios de Brasil. El Colégio Catarinense de Florianopolis, Colégio São Luis de São Paulo y el Colégio Diocesano de Teresina. Han iniciado su trabajo con el periodo de preparación, el cual ha sido extendido por Brasil incorporando una etapa llamada “Etapa 0”.
El pasado 31 de marzo y 1 de abril se realizó una jornada de facilitadores dirigida por Sônia Magalhães, asesora de Educación de los colegios jesuitas de Brasil, y con la participación de Paula Noemi, directora del proyecto Sistema de Calidad en la Gestión Escolar.
El periodo de autoevaluación se inicia con sus respectivas jornadas, de acuerdo al siguiente calendario:
- Colégio Catarinense: 11 y 12 de abril
- Colégio São Luis: 28 y 29 de abril
- Colégio Doicesano: 30 y 31 de mayo
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Entrevista a Sônia Magalhães
Conversamos con la Asesora de Educación sobre la nueva organización de la provincia y los desafíos del Sistema de Calidad. Te invitamos a ver la entrevista a continuación:
¿Cuéntanos sobre la nueva organización de la provincia (ahora tienen un solo delegado de educación)?
Desde enero del 2014 tenemos un Delegado para la Educación Básica que responde por todas las unidades educativas de Brasil, no importa en qué provincia esté el colegio. En realidad, al final de este año, la Compañía de Jesús en Brasil pasará a ser una única provincia y ya no más tres (y una región) como antes. Con el nombramiento del delegado, los colegios pasan a la jurisdicción del Provincial de Brasil que le entrega al delegado la responsabilidad de acompañar el trabajo en esta área apostólica. Además se crea una oficina propia con una estructura mínima para que se pueda avanzar en la construcción de la Red de Colegio Jesuitas a nivel nacional. En este momento estamos: el Delegado (Padre Mário Sündermann, SJ), una asesora (Sônia Magalhães) y una secretaria de apoyo común a otros secretariados que hacen parte de la nueva estructura de la BRA. En el plan de trabajo para los dos primeros años, tenemos tres grandes ejes de trabajo: (1) la elaboración de un proyecto educativo común; (2) el diseño de la nueva estructura y su correspondiente estatuto y (3) la formación de liderazgo, especialmente a nivel directivo. Brasil está en un momento importante que demanda revisión en diferentes niveles del modo como han operado los colegios en las últimas décadas. Desde los procesos de formación y capacitación de liderazgo, hasta el diseño curricular y nuestro posicionamiento como instituciones educativas en el mercado de la educación privada en Brasil, hay mucho que hacer.
¿Cuáles son los principales desafíos que conlleva esta nueva organización?
A parte lo ya dicho en el punto anterior, está la necesidad de crear un mínimo común que nos identifique como cuerpo y, a su vez, considerar las tremendas diferencias culturales y sociales que existen en un país como Brasil. En segundo lugar está el desafío de crear una nueva cultura más orientada a la gestión compartida y al liderazgo distributivo. Lo primero habla más del ámbito de dirección de las unidades, históricamente cuidadas y dirigidas por el jesuita que asumía el puesto, sin necesaria conexión con una instancia más central. Lo segundo habla de un nuevo modo de operar al interior de las unidades. Como conjunto de unidades, el desafío es entenderse como Red y crear estructuras que acompañen, controlen, pero principalmente apoyen los profesionales (jesuitas o laicos) que estén al frente de los colegios y cree instancias de articulación y colaboración entre las unidades.
¿Cuál es tu percepción sobre el sistema de calidad y su implementación en los colegios de Brasil?
Pienso que los colegios brasileños pueden sacar buen provecho de un sistema como este. Además de una concepción que exige salir del lugar común de comprensión de la integridad de la educación que se ofrece como suma de partes bien trabajadas en las diferentes áreas, el Sistema será de gran ayuda para que avancemos en la sistematización de los procesos que se llevan a cabo en los colegios. A parte estos dos beneficios, hay otro efecto colateral positivo, por lo menos en el caso brasileño, que es crear con el grupo de facilitadores una masa crítica que nos ayude en otros procesos de reflexión sobre los desafíos que enfrentamos actualmente.
Hemos sabido que ustedes alargaron la etapa de preparación, llamándola etapa cero, ¿De qué se trata?
Esta necesidad surgió durante el proceso de preparación de los facilitadores. Desde que partimos con el Sistema (capacitando facilitadores en los colegios-piloto), nos reunimos algunas veces los 12 facilitadores, el director del programa de FLACSI (Jorge Radic ha participado una vez y Paula Noemi recién estuvo con nosotros) y yo. En estos encuentros, los que se estaban preparando para actuar como facilitadores reportaron observaciones sobre la necesidad de preparar mejor a los coordinadores de ámbito y los mismos equipos directivos antes de darle el puntapié inicial al proceso. Entonces, lo que llamamos Etapa Cero es una extensión de la primera etapa prevista en el programa original, donde los facilitadores y el profesional de apoyo (en este caso actúo yo en este rol) presentan el Sistema a los directivos de cada unidad, en una jornada de un día completo de trabajo y, en seguida, dedican otros dos días de trabajo a explotar la guía con los profesionales que actuarán como coordinadores de ámbito. Recién hecha esta parte, hacemos la presentación del Sistema a toda la comunidad. Esto ha sido interesante y hemos comprobado que genera más seguridad para los coordinadores de ámbito y crea un vínculo de confianza con los facilitadores externos.
Sobre la jornada de facilitadores que tuvieron el 31 de marzo y 1 de abril que tuvo la participación de la directora de programa. ¿Cómo les fue?
Fue muy interesante, la presencia de Paula Noemi ha sido fundamental, al igual que la de Jorge Radic en la jornada de septiembre de 2013. Antes que nada, creo que la presencia del director del programa, en por lo menos una de estas reuniones de las dos que hacemos a cada año, evita que creemos un Sistema FLACSI “brasileño”, que aunque no lo queremos hacer, si no tenemos un referente más allá de nuestra propia realidad, con facilidad podemos hacer ajustes que respondan a nuestro contexto local, pero de alguna manera hieran el Sistema en su metodología. Esto lo estamos cuidando y para esto la presencia de Paula fue fundamental. A propósito, la Etapa Cero la validamos con Jorge el año pasado; esta es la dinámica: discutimos internamente, proponemos, pero no lo hacemos sin discusión previa con el responsable de FLACSI. Otro dato importante de la presencia de Paula es que, a partir de las discusiones que se generan al trabajar con el material y compartir lo que se está haciendo, nos vamos apropiando con más seguridad del Sistema. Mi percepción es que la formación que se hizo en el primer piloto entrega lo mínimo necesario para darle inicio a la implementación, pero nuestra experiencia de seguir capacitando el grupo con estos encuentros presenciales nos ha ayudado muchísimo. Paula también tuvo la oportunidad, aunque breve, de conocer el colegio de Rio de Janeiro – que este año no participa en el programa -, pero queremos organizar para que conozca las unidades que partieron con el Sistema este año.