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POBREZA: Gonzalo Romero – “En Argentina sufrimos el hecho de estar divididos socialmente”

latin_gGonzalo Romero Villanueva – Colegio del Salvador, Argentina

La pobreza es un tema central en todo Sudamérica. Desde hace ya mucho tiempo es una de las características que, tristemente, más nos distinguen. Las sociedades han sido golpeadas por casos de corrupción indiscriminada, vaciamiento del Estado, dictaduras militares que no respetaron a los más vulnerables y la falta de un rumbo común, entre tantas otras cosas. Es interesante cómo una región con tanto potencial, crezca tan irregularmente. En términos naturales, no hay otra tan beneficiada. En consecuencia, podemos afirmar que la causa de la constante evolución pendular es la mala administración y la forma de pensar de quienes habitan estos territorios.

Aquí en Argentina sufrimos el hecho de estar divididos socialmente. Peronistas, antiperonistas… No son sólo posturas políticas. Son formas de pensar. Son formas de ver al otro, a sí mismo y a la patria en sí. Es muy difícil ubicar el origen del desequilibro institucional y democrático argentino. La verdad es que desde Rosas que no pudimos alcanzar 50 años de democracia republicana real. Más recientemente, todavía seguimos pagando los costos de la última dictadura militar. Alfonsín no pudo sostener al país. Menem lo hundió totalmente. Néstor Kirchner pareció encontrar el camino hacia el encuentro, como también su mujer, Cristina Fernández, en un comienzo. Sin embargo, la corrupción sistemática y el fomento de una división lo más bilateral posible terminaron destruyendo lo que parecía ser la reconciliación tan esperada. Hoy nos encontramos con un gobierno que llega al poder sin estadísticas reales y enfrentando instituciones contaminadas por el egoísmo de las personas.

En un informe del Banco Mundial se lee cómo el país creció entre 2004 y 2008, con una tendencia sostenida que recaería en 2014. De acuerdo al índice del PBI, se notó un aumento en general desde el 2003 y una disminución desde 2013, con una recaída también en 2012. Otros países como Perú y Chile, mostraron crecimientos mayores al argentino.

El PBI per cápita, siguió el mismo camino pero con una caída más brusca en 2014 de acuerdo al INDEC. El problema es que estas estadísticas no son confiables. Graciela Bevacqua, ex directora del INDEC, fue desplazada por el entonces ministro de economía, Guillermo Moreno, por negarse a alterar los números reales en 2008. Desde entonces, ¿cómo podemos saber si los datos son verdaderos? ¿Qué tanto pudo haber caído entonces este índice?

San Ignacio nos advierte sobre la pobreza del alma, posicionándola como el peor mal posible. Yo creo en su palabra, pero no creo que sea la prioridad actual. En un país tan fértil y dotado como Argentina, hay gente que muere de hambre. Sobre esto, especialistas en desnutrición como el Dr. Fernando Berenguer afirman que los casos de desnutrición en el país son superiores a 50 por año, justificando la incoherencia con los ya conocidos de acuerdo al el hecho de que es muy difícil diagnosticar una muerte por desnutrición directa, ya que ésta en la práctica baja las defensas y vulnerabiliza a las personas, convirtiendo en mortales enfermedades que no deberían serlo. Primero hay que lograr que haya pan en cada mesa a lo largo del país, y luego profundizar en erradicar todo tipo de pobreza posible, siguiendo con la educativa (abarcando tanto lo académico como el trato entre las personas, en especial familiares), y finalmente la espiritual, la cual yo creo que si lo anterior se hace correctamente, llegará sola.

¿Cómo podemos hacer esto? El primer paso es en contra de la corrupción. Todo lo producido debe ser en beneficio del pueblo y no de unos pocos. Juan Domingo Perón dijo en su momento: “Al pueblo lo que es del pueblo, porque el pueblo se lo ganó”. Una persona que roba al Estado, está robándoles a todos los argentinos. Estos delitos deberían ser considerados como traición a la patria, como exige la diputada Elisa Carrió.

Una vez que la situación institucional esté más equilibrada, la situación económica debe entrar en agenda profundamente. La iniciativa de la gente y una serie de reformas tributarias podrían llevar a un mayor desarrollo de la industria nacional y a la reactivación del mercado. Claro que no es tan sencillo y que las variables son incontables, pero con los parámetros impositivos actuales, son muy pocas las empresas que sobreviven los primeros 3 años. Además, sufrimos de una imparable inflación que, como “Lilita” Carrió afirma, es el peor impuesto a los más vulnerables, estancando el poder adquisitivo de las clases más populares.

Finalmente, como dice el Papa Francisco, debemos ir al encuentro con la gente. Si generamos una cultura de la solidaridad de acuerdo a sus enseñanzas, podremos atacar directamente a la pobreza del alma de la que San Ignacio nos hablaba hace ya tanto tiempo. El compromiso y el cambio está en nosotros. Debemos predicar con el ejemplo, ayudando a quienes lo necesitan en todo lo que podamos para demostrarle a todos los que nos vean que en el servicio se encuentra la verdadera felicidad y que en él encontramos una herramienta que nos ayudará a superar no sólo las pobrezas materiales, sino también las que afectan a nuestros espíritus.

Desde Educate Magis

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