“San Ignacio llama en su libro de los Ejercicios Espirituales a la Virgen María como ‘Nuestra Señora’. A ella le encomendó siempre su peregrinar hacia Jesús»
El 24 de mayo se celebra a Nuestra Señora del Camino, patrona de la Compañía de Jesús y ante quien San Ignacio de Loyola y los otros fundadores de la Compañía oraban en Roma. Su día conmemorativo ayuda a recordar a todos los jesuitas que son peregrinos, quienes, al igual que San Ignacio, le piden que les «muestre la vía para llegar al Padre».
Acá te presentamos cuán importante era la imagen de Nuestra Señora del Camino para San Ignacio y para toda la Compañía de Jesús, tomando el libro «Santos y Beatos de la Compañía de Jesús» del P. Jaime Correa, SJ.
«San Ignacio llama en su libro de los Ejercicios Espirituales a la Virgen María como «Nuestra Señora». A ella le encomendó siempre su peregrinar hacia Jesús. Su oración continua era pedirle «que los pusiera con su Hijo». Siempre fue una figura importante en su relación con Dios.
Desde su convalecencia y conversión en Loyola sintió su presencia: «Estando una noche despierto, vi claramente una imagen de Nuestra Señora con el Santo Niño Jesús, con cuya vista por espacio notable recibí consolación muy excesiva», y el afecto inmediato fue «un asco de toda mi vida pasada especialmente de cosas de carne y nunca más tuve ni el menor consentimiento en ello».
En un cuaderno las palabras de Cristo las anotaba con tinta roja; las de la Virgen, con tina azul.
Ya ordenado sacerdote, San Ignacio dijo su primera misa en la Navidad de 1531 en el Altar del Pesebre en la Basílica de Santa María la Mayor.
Elegido General de la naciente Compañía de Jesús celebró la Santa Misa en el Altar del Santísimo Sacramento de la Basílica de San Pablo Extramuros frente a una imagem bizantina, en mosaico, de la Virgen María. Ante esa imagen San Ignacio y sus compañeros prometieron pobreza, castidad, obediencia y especial obediencia al Santo Padre. Se considera ese día como el verdadero nacimiento de la Compañía de Jesús.
San Ignacio y sus compañeros vivieron en Roma al lado de la Iglesia Santa María del Camino, que posteriormente el Papa Paulo III se la entregó a la Compañía de Jesús. Esta iglesia que se encontraba en la Plaza del Gesù, fue la primera de la Compañía.
San Ignacio Celebraba la misa, todos los días, en el altar de Nuestra Señora del Camino. Y en esta casa San Ignacio pasó el resto de su vida. Desde allí dirigió a las Compañía de Jesús, escribió sus cartas, compuso las Constituciones, recibió visitas y murió el 31 de julio de 1556. Su cuerpo fue enterrado en la Iglesia de Nuestra Señora del Camino.
La Iglesia del Gesù, construida entre 1568 y 1584, conservó en su interior la Capilla de Nuestra Señora del Camino.
Después de la canonización de San Ignacio, el 29 de julio de 1622, sus restos fueron trasladados a un altar de la Iglesia del Gesù, muy cerca de la Capilla de Nuestra Señora del Camino.
La imagen de Nuestra Señora del Camino fue canónicamente coronada en 1638 y ocupa un puesto relevante, con notable veneración de los fieles. La Santa Sede otorgó a toda la Compañía de Jesús en 1978 su misa y oficio litúrgico propio para el día 24 de mayo».
Fuente: Libro «Santos y Beatos de la Compañía de Jesús», P. Jaime Correa, SJ.