Con mucha gratitud y consolación me uno a las celebraciones, este año de 2021, de los 20 años de la creación de la Federación Latinoamericana de Colegios de la Compañía de Jesús (FLACSI), cuyos estatutos fueron aprobados por el P. Peter-Hans Kolvenbach en respuesta a la solicitud que le había sido presentada por la Conferencia de Provinciales en América Latina y el Caribe (CPAL).
FLACSI es una respuesta de los jesuitas de América Latina y el Caribe a las últimas Congregaciones Generales de la Compañía, las cuales vienen enfatizando el potencial apostólico de la colaboración y del trabajo en red. La más reciente Congregación General, la 36, ha confirmado que el actual modo de proceder de la Compañía debe ser caracterizado por tres perspectivas: el discernimiento, la colaboración y el trabajo en red (Decreto 2, No.3). Sin lugar a dudas, FLACSI es un testimonio cabal de que, cuando nos disponemos a articularnos más y a cooperar más entre nosotros, obtenemos más y mejor fruto.
De hecho, a lo largo de estas dos décadas, ustedes han logrado consolidar a FLACSI como una verdadera red regional. Así FLACSI ha venido ayudando a los colegios vinculados a la Compañía de Jesús en América Latina y el Caribe a vivir ese rasgo que es muy propio de la espiritualidad que nos ha legado San Ignacio: el magis, es decir, el buscar siempre el modo de mejorar en todo lo que se pueda. De esa manera, el esfuerzo de conocerse más y de colaborar más desde FLACSI les ha ayudado a superar retos y a descubrir muchas nuevas posibilidades en el apostolado educativo. Reconocerlo nos mueve tanto a la gratitud como a continuar animados en este trabajo en red, atentos a los nuevos desafíos que nos presenta la realidad en la que deseamos seguir sirviendo. No queremos, pues, quedarnos ya satisfechos con los logros alcanzados. Es importante seguir avanzando en ese camino y especialmente en la construcción de la red global de colegios.
En ese sentido, ustedes como FLACSI fueron los anfitriones del Congreso de Delegados de Educación de toda la Compañía de Jesús, celebrado en Río de Janeiro en 2017 y al cual tuve la oportunidad de asistir. En aquella ocasión se logró, por primera vez en nuestra historia, proponer una agenda global en la que todos aunamos esfuerzos para responder a los desafíos mundiales. Es fundamental que FLACSI siga aportando a la consolidación de ese esfuerzo, juntamente con las demás redes regionales, el Secretariado de Educación de la Compañía y la ICAJE (Comisión internacional del apostolado educativo de la Compañía de Jesús), desde la perspectiva del reciente documento Una Tradición Viva. Así podrán continuar juntos el discernimiento siempre necesario para ofrecer una educación de calidad de acuerdo con la vitalidad de nuestra tradición en ese importante apostolado.
La celebración de estos 20 años de camino recorrido es, pues, una ocasión especial para agradecer a Dios por los beneficios recibidos, para reconocer las personas que se han entregado generosamente al trabajo de tejer esa red, y para renovar el compromiso de seguir caminando juntos. Nuestros pueblos desean y merecen una educación que logre desarrollar todo nuestro potencial al servicio de la humanidad y supere las estructuras de injusticia, marginación, violencia y amenaza a la democracia. Latinoamérica y el Caribe son tierras de fe y esperanza, y con grandes posibilidades si encuentran el liderazgo y los procesos para superar sus dificultades históricas. En ese sentido, la Compañía de Jesús hoy, al igual que los primeros jesuitas en tiempos de San Ignacio, sigue creyendo que la educación es un instrumento apostólico privilegiado. Hoy sigue siendo cierto, como lo expresó Pedro Ribadeneira por encargo de San Ignacio, que “todo el bien de la cristiandad y de todo el mundo depende de buena educación de la juventud.” (Carta al rey Felipe II, 1556).
Sin embargo, celebramos este aniversario en medio de la gran crisis mundial provocada la pandemia del COVID-19. Esta crisis nos ha interpelado profundamente en nuestro modo de comprendernos como humanidad y, consecuentemente, en nuestra labor educativa. Inesperadamente, nos encontramos ante desafíos que anteriormente no estaban en nuestros horizontes, y sentimos a veces que el camino como que se nos hizo incierto. Por otro lado, hemos sido capaces de identificar nuevas oportunidades desde la crisis. Creo que todavía es muy temprano para saber cómo será la educación después de la pandemia, pero estoy seguro de que ustedes como red podrán acompañar, reflexionar y discernir juntos cómo nuestras instituciones educativas no solo responderán a esa nueva y retadora realidad, sino también propondrán cambios significativos en ella.
En este mundo herido por la pandemia, estamos celebrando también el Año Ignaciano, recordando los 500 años de la conversión de San Ignacio tras la herida que sufrida en la batalla de Pamplona. Ignacio, en cuya convalecencia, experimentó el encuentro personal con Jesucristo, que lo llevó a un cambio radical de vida. Quisiera, pues, aprovechar esta ocasión para invitar a todos ustedes que son parte de FLACSI a acoger en sus vidas la gracia de la nueva conversión. Eso significa tomar conciencia de lo que ya hemos logrado construir, pero también de seguir atentos a lo que el Señor nos va pidiendo en términos de renovación y transformación según los criterios de Su Evangelio.
La bala de cañón que hirió a Ignacio en el campo de batalla lo llevó a entregarse cada vez más generosa y confiadamente al servicio de Dios en la vida de los demás. La herida fue sin duda una experiencia de dolor, sufrimiento, y casi muerte, pero también fue ocasión para que se le ampliara la mirada, llevándolo poco a poco a ver todas las cosas nuevas en Cristo. Nosotros también, atentos y sensibles a todo lo que hiere la humanidad, estamos llamados a una conversión continua tanto en la vida personal y comunitaria, como en nuestras instituciones educativas. Es esa la conversión que nos permitirá seguir respondiendo a los desafíos que nos presenta el mundo actual.
Con la mirada puesta, pues, en Jesucristo, verdadero camino hacia la vida plena, el futuro se no llena de esperanza, dado que lo que queremos en definitiva es colaborar en la Misión que es Suya. Por eso confiamos en que Él está con nosotros, y su Espíritu nos está guiando a través de muchas mediaciones. Contamos con los acuerdos de Río de Janeiro, las instigaciones del documento Una Tradición Viva y nuestro compromiso de contribuir a que el Derecho Universal a una Educación de Calidad sea una realidad para millones de personas. Además, en el horizonte ancho de la misión, nos iluminan e interpelan las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesus para el decenio 2019-2029.
De hecho, las reflexiones surgidas del II Coloquio JESEDU-Global 2021, en el pasado mes de julio, realizado de manera virtual, amplían el horizonte de nuestra misión hoy en la medida en que asumen esas Preferencias Apostólicas Universales y nos empujan de manera especial a profundizar en la reflexión y el discernimiento sobre cómo acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador, entendiendo que, para hacerlo posible, estamos llamados a educar para la fe, la profundidad, la reconciliación y la ciudadanía global.
Además, en su mensaje a FLACIS con motivo de este aniversario, el Papa Francisco nos ha llamado a sumarnos al Pacto Educativo Global y a que nuestros colegios formen corazones convencidos de la misión para la cual fueron creados, con certeza de que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los demás.
Todas esas referencias integran una de las lecciones más importantes que nos deja esta pandemia: compartimos juntos este planeta y estamos todos unidos en nuestros problemas y oportunidades, más allá de nuestra división en obras, sectores, provincias y naciones. Por eso, hoy más que nunca, quisiera invitarles a la audacia de lo imposible. Confiemos en Cristo que, por la acción de Su Espíritu nos orienta y sigamos el ejemplo de Ignacio que se dejaba educar por Dios, aprendiendo a confiar en Él para en ¡todo amar y servir!
El camino del servicio a la educación lo queremos realizar con ustedes, con cada persona -educadores, estudiantes, familias, comunidades- que generosamente se disponen a colaborar en ese proyecto de humanización. Sigamos, pues, construyendo juntos esa realidad, discerniendo en comunión y siempre más unidos en esa red de amor y servicio.
Com muita gratidão e consolação, participo das celebrações, neste 2021, dos 20 anos da criação da Federação Latino-Americana de Colégios da Companhia de Jesus (FLACSI), cujos estatutos foram aprovados pelo Pe. Peter-Hans Kolvenbach em resposta à solicitação que lhe foi apresentada pela Conferência dos Provinciais da América Latina e do Caribe (CPAL).
FLACSI é uma resposta dos Jesuítas da América Latina e do Caribe às últimas Congregações Gerais da Companhia, que têm enfatizado no potencial apostólico de colaboração e trabalho em rede. A mais recente Congregação Geral, a 36ª, confirmou que o modo de proceder da Companhia deve se caracterizar por três perspetivas: discernimento, colaboração e trabalho em rede (Decreto 2, nº 3). Sem dúvida, a FLACSI é um testemunho abrangente de que, quando nos dispomos a nos articular mais e a cooperar mais uns com os outros, obtemos mais e melhores frutos.
De fato, ao longo dessas duas décadas, vocês tem conseguido consolidar a FLACSI como uma verdadeira rede regional. Assim, a FLACSI tem ajudado os colégios vinculados à Companhia de Jesus na América Latina e no Caribe, a viver aquele traço muito típico da espiritualidade que Santo Inácio nos legou: o magis, ou seja, a procura permanente do caminho para melhorar tanto quanto possível. Desta forma, o esforço para se conhecer melhor e colaborar mais desde FLACSI, tem ajudado os colégios a superar desafios e a descobrir muitas novas possibilidades no apostolado educativo. Reconhecer isso nos move à gratidão como a continuar animados neste trabalho em rede, atentos aos novos desafios que a realidade nos apresenta, na qual desejamos seguir servindo. Não queremos, portanto, ficar satisfeitos com as conquistas. É importante continuar avançando neste caminho, e especialmente na construção da rede global de colégios.
Nesse sentido, vocês como FLACSI foram os anfitriões do Congresso de Delegados de Educação de toda a Companhia de Jesus, realizado no Rio de Janeiro em 2017, e do qual tive a oportunidade de participar. Naquela ocasião e pela primeira vez em nossa história, conseguimos propor uma agenda global na qual todos unimos forças para responder aos desafios globais. É fundamental que a FLACSI continue a contribuir para a consolidação deste esforço, juntamente com as outras redes regionais, o Secretariado de Educação da Companhia e a Comissão Internacional do apostolado educativo da Companhia de Jesus (ICAJE), desde a perspetiva do recente documento "Uma Tradição Viva". Dessa forma, poderão continuar juntos o sempre necessário discernimento, para oferecer uma educação de qualidade de acordo com a vitalidade da nossa tradição neste importante apostolado.
A celebração destes 20 anos de caminho percorrido é, portanto, uma ocasião especial para agradecer a Deus pelos benefícios recebidos, para reconhecer as pessoas que se entregaram generosamente ao trabalho de tecer essa rede, e para renovar o compromisso de continuar caminhando juntos. Nossos povos desejam e merecem uma educação que consiga desenvolver todo o nosso potencial ao serviço da humanidade, superando as estruturas de injustiça, marginalização, violência e ameaça à democracia. América Latina e o Caribe são terras de fé e esperança, e com grandes possibilidades se encontrarem as lideranças e os processos para superar suas dificuldades históricas. Nesse sentido, a Companhia de Jesus hoje, como os primeiros Jesuítas do tempo de Santo Inácio, continua a acreditar que a educação é um instrumento apostólico privilegiado. Ainda hoje é verdade, como dizia Pedro Ribadeneira a pedido de Santo Inácio, que “todo o bem da cristandade e de todo o mundo depende da boa educação da juventude”. (Carta ao Rei Felipe II, 1556).
No entanto, comemoramos este aniversário em meio da grande crise global causada pela pandemia COVID-19. Esta crise nos desafiou profundamente em nosso modo de nos entendermos como humanidade e, consequentemente, em nosso trabalho educativo. Inesperadamente, estamos diante desafios que antes não estavam em nossos horizontes, e às vezes sentimos que o caminho se tornou incerto. Por outro lado, conseguimos identificar novas oportunidades desde a crise. Acho que ainda é muito cedo para saber como será a educação após a pandemia, mas tenho certeza que vocês, como rede, poderão acompanhar, refletir e discernir juntos sobre a forma como nossas instituições educativas não responderão apenas a esta nova e desafiadora realidade, mas também irão propor mudanças significativas nela.
Neste mundo ferido pela pandemia, estamos celebrando também o Ano Inácio, lembrando os 500 anos da conversão de Santo Inácio depois da ferida que sofreu na batalha de Pamplona. Inácio, em cuja convalescença experimentou o encontro pessoal com Jesus Cristo, que levou ele a uma mudança radical de vida. Por isso, gostaria de aproveitar esta ocasião para convidar a todos vocês que fazem parte da FLACSI a acolher em suas vidas a graça da nova conversão. Isso significa tomar consciência daquilo que já conseguimos construir, mas também de seguir atentos ao que o Senhor nos pede em termos de renovação e transformação segundo os critérios do Seu Evangelho.
A bala de canhão que feriu Inácio no campo de batalha, levou ele a se entregar cada vez com mais generosidade e confiança, ao serviço de Deus na vida dos outros. A ferida foi, sem dúvida, uma experiência de dor, sofrimento e quase morte, mas também foi uma ocasião para ampliar o seu olhar , levando ele gradualmente a ver todas as coisas novas em Cristo. Também nós, atentos e sensíveis a tudo o que fere a humanidade, somos chamados a uma conversão contínua, tanto na vida pessoal e comunitária, como nas nossas instituições educativas. É essa a conversão que nos permitirá continuar respondendo aos desafios que o mundo de hoje nos apresenta.
Com os olhos fixos, pois, em Jesus Cristo, verdadeiro caminho para uma vida plena, o futuro se enche de esperança, pois o que definitivamente queremos, é colaborar na Missão que lhe pertence. É por isso que confiamos que Ele está conosco, e que seu Espírito está nos guiando por meio de muitas mediações. Contamos com os acordos do Rio de Janeiro, as instigações do documento Uma Tradição Viva e nosso compromisso de contribuir para tornar o Direito Universal à Educação de Qualidade uma realidade para milhões de pessoas. Além disso, no amplo horizonte da missão, somos iluminados e desafiados pelas Preferências Apostólicas Universais da Companhia de Jesus para a década de 2019-2029.
De fato, as reflexões que emergiram do II Colóquio JESEDU-Global 2021, realizado virtualmente em julho passado, ampliam o horizonte da nossa missão hoje na medida em que assumem essas Preferências Apostólicas Universais, e nos impulsionam de modo especial a aprofundar na reflexão e no discernimento sobre como acompanhar os jovens na construção de um futuro com esperança, entendendo que, para isso, somos chamados a educar para a fé, a profundidade, a reconciliação e a cidadania global.
Além disso, em sua mensagem à FLACSI por ocasião deste aniversário, o Papa Francisco nos chamou a aderir ao Pacto Educativo Global, e a que nossos colégios formem corações convictos da missão para a qual foram criadas, com a certeza de que a vida é alcançada e amadurece à medida que é dada para dar vida aos outros.
Todas essas referências constituem uma das lições mais importantes que esta pandemia nos deixa: compartilhamos este planeta juntos e estamos todos unidos em nossos problemas e oportunidades, além da nossa divisão em obras, setores, províncias e nações. Por isso, hoje mais do que nunca, gostaria de convidá-los à ousadia do impossível. Confiemos em Cristo que, pela ação do Seu Espírito nos guia, e sigamos o exemplo de Inácio que se deixou educar por Deus, aprendendo a confiar nele para em tudo amar e servir!
Queremos andar o caminho do serviço à educação com vocês, com cada pessoa - educadores, estudantes, famílias, comunidades - que generosamente se dispõem a colaborar neste projeto de humanização. Continuemos, então, construindo juntos essa realidade, discernindo na comunhão e sempre mais unidos nessa rede de amor e serviço.