El currículo y la acción en el aula es uno de nuestros temas actuales, no solo porque nos sigue planteando encrucijadas, sino porque cada año escolar nos cuestiona sobre los énfasis que debe tener, las apuestas a nivel de sus fuentes y dimensiones, y nos pone de cara a necesidades que atender como la explicitación de nuestras promesas para la enseñanza, logrando que los estudiantes se formen integralmente y respondan de manera competente a las contiendas que la vida les señala. Por tanto, afrontar un currículo que supere el aprendizaje segmentado, que ofrezca un diseño por ámbitos más integradores y no por contenidos inconexos de la realidad, es un reto de envergadura. Pero llevarlo al aula disminuyendo las brechas entre lo que se pretende enseñar y lo que resulta siendo el aprendizaje real, es más que desafiante.
El currículo es un eje rector del sistema escolar y ha orientado los lineamientos y la práctica pedagógica en cada contexto. Sabemos que las políticas educativas siguen los lineamientos del sistema productivo, propio de una economía capitalista y ahora global. Detrás del currículo estatal hay una noción de individuo y de sociedad. Y en ocasiones la educación asume un modo de reproducción del sistema imperante. Una educación homogenizada, universal, con un método inductivo, productivo, que responde a una sociedad fraccionada, utilitarista y cosificada. Hemos sucumbido a un continuismo de una educación que desde la universidad forma a los maestros en las denominadas tres culturas: las ciencias básicas y aplicadas, las ciencias sociales y las ciencias humanas por separado. Esta división ha puesto a unas disciplinas del conocimiento como cenicientas y a otras en un lugar de preeminencia en el currículo actual, lo cual se traslada a la organización horaria, el tipo de docencia y las metodologías que planificamos. Con esta concepción del conocimiento hemos caminado en la historia de la educación en los dos últimos siglos.
Caminar hacia una nueva configuración del currículo por ámbitos integradores, ha sido y está siendo un puntal de actualización permanente en los colegios, cuando se piensa entre muchos factores, la articulación del conocimiento con los problemas de la realidad…un currículo mucho más contextual que se instala en un aula que desvela una perspectiva sociohistórica y que permite la integración del saber y las competencias en campos más abarcantes para un mundo plural y diverso. El aula de clase revela nuestras concepciones. Cuando logramos hablar de las prácticas, de lo que nos pasa, de los aciertos y dificultades, logramos avanzar con el eje de la reflexión y el mejoramiento de los procesos pedagógicos en juego.
El pensamiento complejo es un vector que atraviesa la construcción del currículo y que obliga a la superación de los campos disciplinares organizados por silos, separados entre sí. La emergencia del diálogo entre las disciplinas se hace necesaria para instaurar una nueva versión del mapa del currículo y de los entornos de aprendizaje en nuestras escuelas. Ya muchos vienen desarrollando trabajos en este sentido que están aportando a una versión innovadora del aula y de los propósitos que comporta la enseñanza y el aprendizaje.
Estas y otras preguntas nos ayudarán a remover, actualizar y contrastar nuestras visiones sobre el currículo de la acción, como instrumento de reflexión a manera de laboratorio. Las comisiones de trabajo del currículo humanista Ignaciano y de Laboratorios didácticos, dará a conocer próximamente, algunas reflexiones y pistas que pueden aportar a la revisión de nuestros procesos internos, y de la explicitación de las prácticas.
🤔 ¿El currículo actual en mi escuela vincula situaciones del contexto?
🤔 ¿Cómo se explicita el currículo en el aula y en los entornos de aprendizaje?, ¿Qué fuentes hemos tenido presentes?
🤔 ¿Currículo y vida están conectados para posibilitar la enseñanza y el aprendizaje situado?
🤔 ¿Es el currículo y las prácticas, motivo de reflexión constante en nuestra institución?
🤔 ¿El currículo plantea además de las promesas de la enseñanza, las posibilidades del diseño de nuestras prácticas en el aula?
🤔 ¿Las experiencias de aula responden a las demandas de la sociedad y de nuestros estudiantes?
Escrito por Vilma Reyes, coordinadora red de homólogos académicos FLACSI