HISTORIA
Apoyado en más de cuatro siglos y medio de compromiso jesuita con la educación integral, el Instituto Cultural Tampico no sólo tiene una historia sino una herencia. Su misión es educar dentro de los cauces de la tradición ignaciana. Se estableció en septiembre de 1962 en la ciudad de Tampico Tamaulipas, en la calle de Roble y Avenida Chairel de la Colonia Águila, de manera provisional hasta que se adquirieron los nuevos terrenos. En septiembre de 1966 se inició el primer curso escolar en las instalaciones actuales en donde se imparten clases en los niveles de Preescolar, Primaria, Secundaria y Bachillerato. El Instituto es un instrumento apostólico de la Compañía de Jesús firmemente arraigado en los principios y convicciones de la tradición cristiana que, al estilo ignaciano, está comprometido con el servicio a la comunidad.
MISIÓN – VISIÓN
La Misión del INSTITUTO CULTURAL TAMPICO es educar dentro de la tradición Jesuita e Ignaciana. Nuestra actividad esencial es la interacción entre alumnos y académicos en una experiencia educativa, dedicada a la construcción del conocimiento. Distingue su práctica educativa con un alto nivel de excelencia humana y académica que desarrolla el pensamiento reflexivo y crítico encaminado a la discusión ordenada de los problemas que confrontan a la sociedad. Educamos a nuestros alumnos para ser hombres y mujeres al servicio de los demás, por ello estamos comprometidos a: Formar integralmente a los estudiantes en todos los ámbitos personales. Mejorar la calidad y la eficacia de la educación. Promover la paz y la justicia. Orientar la acción responsable con el medio ambiente. La Misión Estratégica, motivación y rumbo hacia el cual se dirige el INSTITUTO CULTURAL TAMPICO, es: FORMAR INTEGRALMENTE HOMBRES Y MUJERES CON Y PARA LOS DEMÁS. – VISIÓN: Nuestra educación es un proceso continuo, dinámico y participativo que busca desarrollar de manera armónica y concreta cada uno de los ámbitos fundamentales de la persona a la luz de los valores Ignacianos con el fin de lograr la plena realización de cada hombre y mujer en la sociedad. Concebimos la educación como formación integral en búsqueda de la plenitud humana. Consideramos al alumno como persona responsable y libre que va construyéndose a sí misma y a su entorno en la verificación activa de su propio aprendizaje.El sentido de la formación de nuestros alumnos es que sean capaces de llegar a ofrecer aportes significativos al desarrollo de la humanidad en las comunidades a las que pertenecerán y los espacios profesionales en que actuarán. Hombres y mujeres para los demás y con los demás, que se inserten e impacten de manera positiva en una sociedad globalizada sujeta a cambios rápidos.
